miércoles, 3 de octubre de 2012




CAFÉ ZOMBIE (Parte II)

Por Arturo Londoño Amórtegui


Ilustración: Arturo Londoño Amórtegui


Con el tiempo , los tres zombies cargaban grandes termos a sus espaldas, debían repartir sus funciones para poder suplir la gran demanda de café. A veces este se acababa antes de las tres de la mañana, cosa que le sacaba la piedra sobre todo a los taxistas que venían desde más lejos solo para  tomarse el delicioso café de los zombies tinteros.


Una noche exactamente un quince de diciembre, aparecieron de repente justo al frente de donde siempre se hacían los zombies, dos monas con tremendos escotes y unas minifaldas corticas, vendiendo café caliente en dos termos amarillos. En un par de noches, esas monas y su poquita ropa hicieron que todos los clientes de los zombies ocuparan el andén del frente y que por primera vez en varios años, a los “zombies tinteros” comenzara a sobrarles el café, que antes en cuestión de unas pocas horas se les había terminado del todo.



Así pasaron casi ocho días, en los cuales la fama de las monas empezó a crecer de manera impresionante. Incluso yo llegué a creer que estaban vendiendo más que los zombies. Ahora a estos pobres cadáveres vivientes, se les pasaba la noche largamente, mientras que las monas de al frente parecían no dar abasto, y pues claro, ante semejantes ricuras que a uno le decían “papito”, “nene”, “amor” y otros piropos , en lugar de los zombies , que aunque bacanos y todo no se les entendía lo que gemían, pues, a la mayoría de los taxistas, nos gustaron mas las monas.

Con el paso de los días, las nenas no solo empezaron a vender café, sino agüita aromática. Para ser sincero el café de las monas no era tan bueno como el de los zombies, pero  ¿ a quién le va a importar cuando le muestran media pechuga a uno? Como al mes de llegar las monas al cementerio, una noche vimos algo diferente en el andén de los zombies. Algo que mal escrito y feo, nos hizo de nuevo regresar a tomar café a donde ellos. En un cartón grande habían escrito con una horrible aunque entendible letra : “ 2 X 1”.

Pues, el  2X1  de los zombies aguantaba , ya que la economía no estaba muy bien por esos días... los niños entraban al colegio y a uno no le quedaba mucha platica extra, ni siquiera para tomarse un tinto (además las monas le habían subido al precio del café, a la vez que lo estaban sirviendo en un vaso más pequeño y rendido con agua).

La estrategia de los zombies pareció comenzar a funcionar, poco a poco, volvimos a pasarnos a su andén y solo visitábamos a las monas para charlar con ellas, “echarles los perros”, pero a la hora de tomar tintico, pasábamos la calle y preferíamos a los zombies.
La reacción no se hizo esperar, y nosotros (de nuevo) regresamos donde las monas, quienes parecían no darse por vencidas, ni mucho menos derrotadas por los zombies. Así que de igual manera y pienso que sin importarles lo que pudiera pasar con su negocio, pusieron un aviso al lado de donde se hacían siempre que decía : Rico Tinto a mitad de precio”; las monas , no solo se decidieron a  poner la bebida a mitad de precio, también redujeron el tamaño de sus faldas (así se murieran de frio)  y el de sus escotes lo aumentaron. Tanto a mitad de precio y las nenas mucho más atractivas y mostronas, sin duda sabían lo que querían. Los zombies quedaron solos una vez más.

La siguiente jugada de los zombies ( bueno, yo pienso que fueron ellos), sí que fue sucia. Yo los veía inocentes y hasta bacanos, pero igual consiguieron que de nuevo regresáramos por varias semanas a comprarles el tinto solo a ellos y a volverlos a coronar como los reyes del café del  Cementerio Central. Una noche de monas con todo a mitad de precio y poca ropa, todos nos empezamos a sentir mal.

-“ese tinto estaba pasado”, me comentaba un colega.
-“hermano esa vaina me dio churrias”, escuchaba por el radioteléfono.

Yo mismo me comencé a sentir mal de la barriga y me tocó parar el taxi y bajarme a pedir un baño en una tienda abierta a la madrugada. Muchos compañeros no contaron con la misma suerte y les tocó dejar botados a los clientes y salir corriendo a cagar detrás de un poste.


Continuará....

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